Llama la atención sobre la existencia de la llamada poesía nonsense en lengua judeoespañola, e intenta paliar la escasa o nula atención que se le ha prestado en los círculos académicos.
Refiere el poco prestigio de estas composiciones, que muchas veces incluso avergonzaban a los informantes, y después pasa a reproducir y analizar una serie de canciones agrupadas en tres categorías: juegos de palabras y efectos musicales, poemas paródicos o satíricos, y poesía irreverente hacia las normas religiosas y sociales.